HAGAKURE
justo donde el samurai sin señor pernocta estos últimos días.
El chigreru apenas bloggea desde que el guerrero triste le hace compañía.
Las pocas palabras que intercambian tienen efecto
balsámico y ansiolítico en el alma de esos solitarios

Una mirada basta para saber que página de sus particulares Hagakures
vuelve a pasear por su memoria.
Sólo el honor nunca perdido les hace continuar disfrutando de una vida que,
comienza a repetir primeros actos de obras cuyo desenlace ambos conocen.
Mientras las chicas bailan por el chigre
çdisfrutando de una primavera apenas vislumbrada.
¡Carpe diem!